Se cumplen ahora cinco años (¡cómo pasa el tiempo!) desde que este proyecto de Guadaliuris, afortunadamente ya gozosa realidad, empezara a andar. De los ocho despachos iniciales a los veinticuatro que conforman hoy la Agrupación, cada uno con sus orígenes, con su tamaño, con su particular idiosincrasia, tan distintos en su autonomía e independencia, pero tan iguales en su forma cercana y personal de entender el ejercicio del derecho, con rigor, profesionalidad y lealtad, con el cliente siempre, pero también con el compañero.
Mucho hemos de agradecer todos a los compañeros abogados que han tirado del carro siempre, dedicándole un tiempo y un cariño a esta idea y a su consolidación en estos tiempos bien difíciles para todo lo que no sea negocio. A su fundador y alma mater, Jesús Bores Saiz; a Ernesto Sanguino, continuador de la senda trazada y responsable de la estabilización del proyecto; a Jerónimo Zamora, dinamizador de las respectivas áreas de actividad especialmente interesado en la entrada de nuevos despachos que aporten experiencia, masa crítica y diversidad; a tantos compañeros que con su trabajo y conocimiento han contribuido a conseguir en poco tiempo una agenda de actividades y eventos nada despreciable.
Ahora, cuando una nueva etapa se abre bajo la presidencia de Miguel Cuéllar, es la hora de redoblar los esfuerzos que se han venido haciendo, de afinar en aquellas actividades que pueden ser mejoradas en beneficio de todos, de perseverar en lo mucho bueno que se ha hecho, y en todo lo que queda por hacer. Como siempre hemos dicho, Guadaliuris será lo que sus socios quieran que sea, y sus objetivos se verán cumplidos más si cabe cuanto mayor sea la implicación de todos.
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